Hoy por hoy la electricidad se utiliza en prácticamente todos los entornos o sectores laborales, ya sea en una empresa de automoción, en la construcción, en un supermercado, en una granja de pollos, en un hotel… Es por ello por lo que cualquier problema que surja, ya sea por un contacto accidental o por la manipulación de un técnico electricista puede suponer un riesgo eléctrico, entendiendo por riesgo eléctrico la posibilidad de contacto del cuerpo humano con la corriente eléctrica, pudiendo producir daños por electrocución si la descarga recorre el cuerpo.
Dependiendo de la intensidad de la descarga el riesgo varía, por ejemplo, a partir de 8 miliamperios (la unidad de medida de intensidad eléctrica es el amperio) se producen contracciones musculares y contracciones repetidas de manos y brazos, entre 30 y 50 miliamperios (mA) se puede producir una fibrilación ventricular si la corriente pasa por la zona cardiaca y entre 80 y 100 mA puede resultar letal.
En términos generales se estima que la corriente continua no es tan peligrosa como la corriente alterna, del mismo modo que cuanto mayor es el tiempo de exposición a la corriente mayores o más graves son las consecuencias para el trabajador.
La gravedad del accidente va a estar condicionada por la trayectoria que la corriente eléctrica realice a través del cuerpo, por lo general esta trayectoria suele presentar los siguientes recorridos:
- De mano a mano (trayectoria horizontal).
- De mano a pie del mismo lado, sin pasar por el corazón.
- De mano a pie contrario, en la que la trayectoria de la corriente pasa por el corazón.
- De mano a cabeza.
- De cabeza a pies.
El Real Decreto 614/2001, de 8 de junio, sobre disposiciones mínimas para la protección de la salud y seguridad de los trabajadores frente al riesgo eléctrico y la guía técnica correspondiente, se aplica a las instalaciones eléctricas de los lugares de trabajo y a las técnicas y procedimientos para trabajar en ellas, o en sus proximidades, y se aplican a las condiciones de diseño de la instalación eléctrica del laboratorio y al trabajo reservado a personal especializado. Por ello y con el fin de evitar riesgos eléctricos, la empresa y el trabajador deben de adoptar una serie de medidas preventivas como pueden ser:
- Protección personal con equipos de protección individual específico que incluya guantes aislantes, ropa adecuada que evite la humedad de la piel, calzado resistente y apropiado…
- Formación específica de los trabajadores. En este sentido, la formación es cada vez más vital para las compañías, por lo que si vosotros queréis tener a vuestros empleados bien formados, nosotros os recomendamos que acudáis a Sermecon, dado que ellos os ofrecerán un servicio de prevención de riesgos laborales ajeno que cuenta con acreditación nacional y más de 20 años de experiencia, así como con un equipo técnico y de vigilancia de la salud, además de, como os decimos, poder formar a vuestros trabajadores.
- Equipo de trabajo adecuado en el que se incluyan herramientas con marcado CE, es decir, material de trabajo conforme a la normativa y disposiciones aplicables en la legislación europea sobre el material utilizado en el sector eléctrico, como mangos de plástico, alfombras aislantes, etc.
- Señalización de riesgos. Mediante las correspondientes señales de seguridad, como las de prohibición, advertencia, obligación, etc.
- Evitar la presencia de atmósferas explosivas, materiales inflamables, ambientes corrosivos u otros factores que aumenten el riesgo eléctrico.
- Todo trabajo de instalación, reparación o mantenimiento de equipos eléctricos debe ser realizado por personal especialmente capacitado para ello.
- Toda persona que participe en una tarea que suponga un riesgo eléctrico debe conocer todas las instrucciones específicas, el procedimiento de trabajo y la seguridad eléctrica, de lo que se le informará por escrito de cualquier peligro potencial.
Los electricistas también cuentan con patrones
En nuestro país, dependiendo de la zona de España en que tengan su empresa, los instaladores electricistas homenajean a una patrona diferente, aunque en todas, su nombre siempre está relacionado con la luz. Así por ejemplo mientras que en Madrid, Menorca o en Ourense su patrona es la Virgen de la Candelaria, cuyo nombre etimológicamente proviene de la palabra latina “candela” que significa vela o que se refiere a la luz y su festividad se celebra cada año el día 2 de febrero, en Soria su patrona es Nuestra Señora de la Virgen de la Luz, cuya festividad se celebra el 1 de Junio y cuyo nombre también es procedente del latín, significando “que da claridad”. En otros lugares como en Aragón su patrona es Santa Lucía, cuyo nombre significa “la que lleva luz para el mundo” y su festividad se celebra cada 13 de diciembre, así mismo también es patrona de los electricistas Santa Bárbara, cuya festividad se celebra el 4 de diciembre.