Hoy queremos arrojaros algo de luz, y nunca mejor dicho, sobre el conocido como impuesto al sol que tanta polémica está generando en los últimos días tras la aprobación del real decreto por parte del gobierno del Partido Popular. Para ello, hemos contado con la ayuda de la asesoría de Alicante Matías Carrillo, donde uno de sus expertos en temas jurídicos no ha aclarado algunos de los términos de esta nueva ley para que podamos entender por qué está recibiendo tantas críticas por parte de los partidos de la oposición, quienes ya se han comprometido a derogarla en caso de que lleguen a gobernar tras las próximas elecciones, que tendrán lugar el 20 de diciembre, un poco antes de las fiestas navideñas.
Principalmente el mayor problema de esta ley surge por la poca incentivación que reciben los usuarios de energías renovables. Especialmente aquellos que se hayan decantado por el uso de paneles solares. No se trata de que el gobierno le ponga precio a la energía solar, sino que estos consumidores apenas tendrán un ahorro energético rentable hasta varias décadas después de instalar las placas por el siguiente motivo. Como el sol no es una energía que obtengamos durante todo el día, y muchas veces hay días enteros en lo que ni siquiera podremos contar con él, como en las jornadas más frías y nubladas de invierno, los usuarios de energías renovables deben seguir enganchados a los suministros tradiciones de luz en caso de que se acabe la energía que tengan acumulada del momento en que sí la pudieron captar del sol. Por tanto, el gobierno considera que estos usuarios deben participar como los demás en el mantenimiento de la red eléctrica general.
«Eximir del pago de un peaje de respaldo supondría una subvención a costa del resto de consumidores. Estos pagos le permiten que, si tiene que acudir al sistema, pueda tener energía en cualquier momento», explicó el ministro de Energía, José Manuel Soria.
Visto así, si lo pensamos bien, realmente el ahorro que parece que debería ir asociado con la expresión energías renovables no es ni de lejos algo que las haga rentables. Hay que tener en cuenta que debemos preparar toda la instalación en casa, no solamente comprar las placas solares, sino llevar a cabo su adaptación a nuestra vivienda. Esto es un dineral la verdad, y a diferencia de lo que ocurría años atrás, ya no se encuentra subvencionado por las diferentes administraciones públicas.
Después de esto, debemos tener en cuenta que, como decíamos antes, seguiremos teniendo que pagar por la energía que consumamos a las eléctricas cuando no tengamos luz, y también contribuir al mantenimiento de la red general de electricidad, de forma que además de pagar la inversión en placas solares y toda la instalación no pararemos de contribuir con más dinero, así que las organizaciones de consumidores calculan que aproximadamente un hogar puede tardar unos treinta años en empezar a rentabilizar su inversión. Algo que teniendo en cuenta lo tarde que empezamos a emanciparnos en España, es casi impensable.