Cada vez es mayor el número de colegios de primaria e institutos de secundaria que instalan taquillas en el centro para uso de los estudiantes. Sin embargo, todas las taquillas no son iguales. Para información de los padres y de los equipos lectivos, comentamos las diferentes taquillas que existen. Para que puedan valorar cuáles son las más adecuadas.
Las taquillas son una herramienta útil para los estudiantes, que pasan una buena parte del día en el centro educativo. Aitor, maestro de inglés en un colegio de primaria de Vilanova i la Gertrú (Barcelona) me cuenta que en su escuela las taquillas se ponen a disposición de los niños mayores de 6 años. De esta manera evitan que vayan todo el día cargados con las mochilas y todos los útiles que llevan dentro. De hecho, si el niño no necesita determinados libros para hacer deberes en casa, los puede guardar en su mochila.
Pilar, profesora de matemáticas en un instituto de secundaria de Calella, también en Barcelona, señala que las taquillas potencian la responsabilidad de los adolescentes. Tienen un espacio privado y personal en el centro, donde guardar sus cosas y se responsabilizan de él.
El periódico El País saca a relucir un asunto que seguro ha influido en que las taquillas sean cada más frecuentes en los centros educativos. Se trata de la prohibición que imponen algunos colegios, de que los alumnos lleven los móviles a clase. En estos centros, antes de entrar al aula, al alumno se le obliga que guarde el móvil dentro de la taquilla.
Como hemos dicho al principio, todas las taquillas no son iguales. Comencemos, pues, en echar un vistazo a los diferentes tipos que hay.
Los tipos de taquillas.
El blog Paperblog realiza una interesante clasificación de las taquillas según el material con el que están fabricadas y ofrece consejos sobre cuál elegir dependiendo del entorno donde se van a instalar. Esta guía resulta útil tanto para centros educativos como para empresas, hospitales y gimnasios, ya que ayuda a seleccionar el modelo más adecuado para cada necesidad.
- Taquillas de melanina.
Son una opción práctica y económica, perfecta para entornos interiores como oficinas, colegios y centros sanitarios. Su superficie lisa y su resistencia las convierten en una alternativa ideal para lugares donde no hay humedad ni temperaturas extremas. Además, se limpian con facilidad y presentan un aspecto moderno y ordenado.
- Taquillas de HPL (laminado estratificado de alta presión).
Estas taquillas están diseñadas para resistir el calor y el uso intensivo. Son recomendables en instalaciones donde la temperatura puede ser elevada, como fábricas, gimnasios o cocinas industriales. Su material es duradero, impermeable, y resistente a los impactos.
- Taquillas de plástico.
Son ideales para ambientes húmedos, como piscinas, spas o vestuarios, ya que el plástico no se oxida ni se deteriora con el agua. Además, son ligeras, fáciles de mantener, y su vida útil es bastante prolongada.
- Taquillas metálicas.
Son taquillas versátiles y robustas. Se adaptan a cualquier entorno. Suelen elegirse para guardar ropa, ya que permiten la ventilación interior. Son las taquillas más tradicionales, aunque hoy en día se fabrican con diseños actualizados y acabados estéticos.
Paperblog también destaca los distintos sistemas de cierre, desde los clásicos con llave o candado hasta los más modernos con combinación o panel digital. Estos últimos ofrecen mayor seguridad y comodidad, especialmente en centros educativos o espacios compartidos, donde la gestión de llaves puede resultar un problema. Hablaremos de ellas más en profundidad en la parte final del artículo.
Las ventajas de las taquillas para los alumnos.
Como es lógico, si se instalan taquillas en el centro es porque van a facilitar la estancia a los estudiantes. Estas son sus principales ventajas:
- Cuidado de la salud física. Las taquillas reducen el peso que los estudiantes deben transportar cada día. Al poder dejar parte del material escolar en el centro, se previenen sobrecargas musculares y problemas de espalda, frecuentes al cargar mochilas pesadas a la espalda.
- Desarrollo de la responsabilidad personal. Disponer de un espacio propio fomenta la autonomía y el sentido del orden. Los alumnos aprenden a planificar qué materiales necesitan, a cuidar sus pertenencias y a mantener una rutina de organización diaria.
- Seguridad y protección de los objetos. Estos compartimentos permiten guardar de forma segura libros, material deportivo o dispositivos electrónicos, reduciendo el riesgo de pérdidas o robos dentro del recinto escolar.
- Mejora del entorno educativo. Al evitar mochilas voluminosas y objetos innecesarios en las aulas, se favorece un ambiente más limpio, ordenado y propicio para el aprendizaje. Esto contribuye a la convivencia y al respeto por los espacios comunes.
- Igualdad y pertenencia Al asignar una taquilla a cada alumno, se refuerza la idea de pertenecer a una comunidad educativa, donde todos disponen de los mismos recursos y oportunidades.
- Adaptación a las nuevas metodologías. El auge del material digital y de los dispositivos electrónicos hace aún más necesario disponer de lugares seguros para su almacenamiento y carga. Lugares que pueden ser, perfectamente, unas taquillas equipadas para tal uso.
Como estamos viendo, las taquillas escolares no son un simple accesorio, sino una herramienta que promueve el orden, la organización y la responsabilidad, pilares fundamentales en la formación integral del alumnado.
Inconvenientes.
Aunque las taquillas escolares se presentan como una herramienta útil para mejorar la organización y el bienestar de los alumnos, su implantación también plantea una serie de dificultades prácticas y de gestión que conviene tener en cuenta.
- Falta de espacio físico. Muchos centros educativos, especialmente los más antiguos, carecen de zonas amplias donde instalar taquillas sin obstaculizar pasillos o entradas. En ocasiones, su colocación reduce el espacio disponible para otras actividades o actúa como un obstáculo para el tránsito de alumnos y profesores.
- Coste económico y mantenimiento. La inversión inicial puede ser elevada, especialmente si se opta por modelos metálicos o con cerraduras electrónicas. Además, requieren un mantenimiento constante: limpieza, reparación de cerraduras, sustitución de piezas, repintado periódico, etc.
- Pérdida de llaves y rotura de cerraduras. Uno de los inconvenientes más frecuentes es la pérdida de llaves o el deterioro de las cerraduras, lo que genera interrupciones, quejas y tiempo extra para el personal del centro.
- Uso inadecuado por parte del alumnado. Algunas taquillas se convierten en espacios de almacenamiento desordenado, donde se acumulan restos de comida, ropa o material en mal estado. Este uso inapropiado puede generar malos olores y problemas de limpieza.
- Conflictos y vandalismo. El uso compartido o el acceso indebido a taquillas ajenas pueden provocar conflictos entre alumnos. En determinados contextos, las taquillas pueden sufrir pintadas, abolladuras o actos vandálicos.
- Dificultad para supervisar su contenido. Por motivos de privacidad, el profesorado no puede revisar libremente las taquillas, lo que complica la detección de objetos no permitidos en el centro.
- Problemas de gestión y logística. La gestión del área de taquillas, el control de llaves, los cambios de grupo o la rotación del alumnado suponen una carga administrativa adicional para el centro.
Aunque las taquillas aportan comodidad, su instalación requiere una planificación cuidadosa que contemple el espacio, los recursos, el mantenimiento y las normas de uso para evitar que se conviertan en un foco de problemas cotidianos.
Las taquillas digitales.
Muchos de los problemas de los que hemos hablado se resuelven con las taquillas digitales. Una moderna modalidad de taquillas que ya se está utilizando en oficinas, instalaciones deportivas y por supuesto en centros educativos.
Más aún, los fabricantes de Taquicel, una empresa de Zaragoza que se dedica a la fabricación e instalación de este tipo de mobiliario desde 1993, líder en el alquiler de taquillas escolares, opinan que las taquillas digitales son la mejor opción para los centros educativos.
En los colegios, uno de los problemas más comunes con las taquillas es la pérdida de llaves. Este contratiempo genera nerviosismo entre los alumnos y obliga al personal del centro a forzar la cerradura, lo que implica tiempo y costes adicionales. Para evitar estos incidentes, cada vez más centros educativos están optando por instalar taquillas digitales o inteligentes. Un tipo de taquilla que no utiliza llave.
Estas taquillas funcionan mediante un sistema electrónico de apertura y cierre, controlado desde un ordenador central. El alumnado accede a su taquilla introduciendo una contraseña personal en un panel táctil situado junto al conjunto de taquillas. Algunos modelos permiten abrir la taquilla desde una aplicación móvil, lo que simplifica su uso.
Los administradores del centro pueden gestionar todas las taquillas desde una interfaz informática, programando horarios de acceso y bloqueando el uso fuera del horario escolar, lo que mejora la seguridad.
Las taquillas inteligentes suelen ser metálicas, aunque el sistema se puede aplicar también a modelos de madera o fenólicos. Su instalación en los colegios no solo mejora la organización y la comodidad del alumnado, sino que también refuerza la seguridad y reduce los problemas de mantenimiento derivados de las taquillas tradicionales.
Algunas empresas del sector se dedican a alquilar estas taquillas a los colegios, lo que evita tener que hacer una inversión para adquirirlas.


